A día de hoy, lo más probable es que, si aún no has jugado ningún juego de escape, sean ya varias las personas que te lo han recomendado. Pero… ¿por qué? ¿qué es lo que ocurre ahí dentro que todo el que lo prueba quiere repetir porque “es algo muy divertido”?

Pues bien, cuando juegas un escape no quedas en segundo plano como mero espectador, sino que vives una aventura en la que tú eres el protagonista. El desenlace de esa aventura no está escrito, sino que depende de ti, de cómo pienses y actúes en cada momento. Quién haya jugado alguna vez, lo más probable es que aún recuerde los nervios y la adrenalina que se siente no solo dentro, sino minutos antes de empezar. Tan solo el no saber que pasará los próximos 60 minutos hacen que esos segundos sean mágicos. Y no solo eso, la mayoría de las veces la emoción comienza una vez hecha la reserva. Ese momento en el que le confirmas a tus amigos el día y la hora a la que jugáis. Esas eternas conversaciones en las que se empiezan a sacar las primeras conjeturas sobre el misterio a resolver, qué pasará, si lograréis escapar…

Una vez cruzas la puerta, aún no sabemos el por qué, da igual que tengas 20, 30 o más de 50 años, simplemente vuelves a sentir que eres un niño. Un niño que se pone a escarbar una habitación mientras se ríe con sus amigos, sin preocupaciones, sin problemas, sin llamadas…sin responsabilidades. Un niño que solo sabe pasárselo bien y disfrutar el momento.

No solo eres tú el que vive esta aventura, sino que la compartes con la gente que quieres. Es una manera de pasar momentos juntos, reír y sobretodo crear recuerdos. Por esto, y muchas sensaciones más que puedes llegar a sentir jugando, desde Secret Hunter te recomendamos que, ahora mismo, sí, ahora mismo no mañana, te decidas de una vez a probar una nueva experiencia que no te dejará indiferente. ¡Te esperamos!

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